1️⃣ En un tarro (el de Frankie en este caso) llena de agua tibia dejando un par de dedos sin rellenar.
2️⃣ En el otro tarro echa un dedo de aceite y gotas de los distintos colorantes.
3️⃣ IMPORTANTE. Remueve con una cucharita el aceite hasta que veas las gotitas chiquitinas de colorante (si no caerá el colorante a saco y no veras los filamentos bonitos bajando).
4️⃣ Vierte el aceite con las gotirrinas de colorante despacio en el agua… ¡Y disfruta!
Te puedes quedar a vivir ahí, mirando las gotas. Parece que el pobre Frankie tiene una tormenta en la cabeza.
Es súper recomendable para un rango de edades grande. Unos serán más conscientes de la física detrás del espectáculo, y otros simplemente lo disfrutarán.