Primero tienes que teñir las legumbres de colores. Puede que algunas las quieras utilizar de su color original (como las alubias de los dientes).
Para ello vierte las legumbres en una bolsa de zip loc con un chorro de témpera, cierra y agita bien hasta que todas se tiñan.
Yo he hecho pruebas también con acrílico y colorante alimentario, pero no funcionan tan bien. El acrílico queda un tanto pegajoso sobre la legumbre. Y los colorantes alimentarios dejan una textura un tanto extraña y tardan mucho más en secar. De todas formas, si es lo que tienes a mano, también se pueden usar.
Cuando estén todas teñidas, ponlas en una bandeja sobre un trozo de papel de horno (para no manchar la bandeja) y deja que se sequen al aire. Cuando estén secas puedes guardarlas de nuevo en bolsas de plástico (previamente lavadas y secas si las estás reutilizando de teñir).