Últimamente veo un capítulo de “The Big Bang Theory”
cuando vuelvo a casa tras dejar a Torpedín en el cole y mientras termino de desayunar (siempre que su hermana me lo permita, claro).
Resulta que Howard y Bernadette han tenido a su primera hija Halley.
Entiendo que grabar una serie con bebé supone muchas complicaciones y que no quieran pasar por ahí, por lo que Halley es simplemente un llanto
que se oye de vez en cuando en otra habitación o en el intercomunicador. Pero me llama la atención que la vida de Howard y Bernadette prácticamente no se ve alterada.
Él sigue quedando con sus amigos casi todos los días. Cuando están con los amigos la bebita siempre está en otra habitación durmiendo plácidamente. Es un pequeño ser que aparece (o se intuye) por allí y altera más bien poco el ritmo de sus vidas. Y eso no es lo que ocurre en la vida real cuando tienes bebés cerca.
Está claro que esta no es una serie sobre la maternidad
ni mucho menos, pero si los personajes se convierten en padres estaría bien un pelín más de realismo.
Cuéntalo con humor,
como en “¿Cómo conocí a vuestra madre?”
cuando Marshall y Lilly se convierten en papás y tienen al pequeño Marvin, pero cuéntalo. Los bebés cambian la vida de las parejas y de las personas que tienen a su alrededor.
Que los productos audiovisuales nos ayuden a ver esta realidad es un acto de responsabilidad, porque hace que las personas que aún no tienen hijos
(o no pretenden tenerlos nunca) se hagan a la idea de que los bebés no son una mochila que llevas contigo sin más y se adapta a tu ritmo. Eres tú Y TU ENTORNO los que os tenéis que adaptar al nuevo miembro de la familia. Cuanto antes de adaptes, mejor vivirás.
Otra serie que me gustó cómo abarcaba el tema de la maternidad fue “Sexo en Nueva York”.
Cuando Miranda tiene a Brady, cambia su forma de entender el mundo, decide acortar su jornada laboral
aun habiendo sido una workaholic
toda su vida; tiene problemas para quedar con sus amigas
porque su niño se pone malo, o porque directamente llevan distintos ritmos de vida; ir a la pelu
se convierte en una odisea en el espacio; le cuesta reconciliarse con su cuerpo tras el embarazo y el parto... en fin, la realidad de ser mamá.
Tengo que decir en favor de “The Big Bang Theory”
que cuando Howard y Bernadette tienen su segundo niño sí plantean un buen dilema.
Hay un capítulo en el que le dan vueltas a si uno de los dos progenitores debería quedarse en casa
y convertirse en ama/o de casa
(stay-at-home-mom/dad). Al principio quieren hacerlo los dos
porque les da pena dejar a sus niños en la escuela infantil y creen que se merecen estar con sus padres. Luego los dos por circunstancias entran en contacto de nuevo con sus carreras profesionales durante su baja laboral, y se dan cuenta de que es una bocanada de aire fresco el poder hablar con adultos todos los días, solventar problemas del mundo real y poner a funcionar tu materia gris
para algo que no sea cambiar pañales, dar baños, poner comidas y jugar al cucú trás. Al final están haciendo una pequeña oda a las mamás y papás que decidimos quedarnos en casa una temporada para cuidar de nuestros niños.
Es un trabajo bastante poco valorado e incomprendido por la sociedad, que en realidad es muy duro. Esta época cuidando de mis hijos está siendo maravillosa, y a la vez de las temporadas más duras de mi vida.
Así que, aunque con Halley estaba yo un poco mosca con la serie, creo que el pequeño Neil Michael lo ha arreglado algo. Al menos, han planteado un dilema muy interesante. Creo que los productos audiovisuales son un buen referente para que la sociedad vuelva a ser consciente de que hace falta una tribu para cuidar de un niño.
Algo que, durante mucho tiempo, se nos ha olvidado.