Como tenemos más de la mitad de la familia extendida fuera de Madrid, a lo largo del año hacemos muchos viajes en coche y tren.
Esto significa muchas horas en las que hay que llevar al peque entretenido.
Siempre que se acercan viajes pensamos en nuevas estrategias
para mantenerle distraído. Torpedín nunca ha sido muy fan del coche. Siempre ha viajado en dos modos: dormido o llorando. No ha habido término medio. Además, al viajar a contramarcha, tiene momentos que se agobia y empieza a gritar que necesita salir. Ahí, se acabó lo que se daba. Hay que parar. Una vez más. En los viajes llegamos a duplicar el tiempo estimado que nos indica nuestro amado Google Maps. No digo más. En el coche empezó Torpedín a ver dibujitos en el móvil, porque ya se nos acabaron los recursos antipantallas.
Con todo y con eso, los dibujos en el móvil y las siestas le mantienen bajo control un rato, pero hay que buscar
más estrategias para cubrir los viajes largos.
Así, mirando juegos para llevarnos de viaje este verano me encontré rebuscando por Amazon este juego tan precioso que os enseño aquí. Se llama
"Geoforme" y
es de
mi marca favorita de juguetes: Djeco.
En
Dideco
y otras tiendas molonas para ocio de niños venden esta marca. Si no la conocéis, no la saquéis del rádar porque tienen juguetes súper chulos. Tienen cosas TAN chulas que llegas a desear que tu hijo se haga un poco mayor para que pueda jugar con ellas. Luego piensas otra vez y dices: "¡No! ¡Que me he equivocado! ¡No crezcas más!".
Antes de que sigáis leyendo, os diré que no sirve como juguete portátil para medios de transporte,
aunque merece mucho la pena como juguete para casa. La caja mide 29 x 23 x 7cm.
Sobre todo si van a contramarcha, es demasiado grande para jugar en el coche. La verdad es que para nada lo venden como juguete pequeño y portátil... Fui yo que no me di cuenta de eso al comprarlo. Por eso en el título digo que dimos con él "por casualidad", mientras buscábamos otra cosa. Con todo ello, me parece un juguete maravilloso para tener en casa porque es precioso y muy educativo. A Torpedín le encanta y se siente súper orgulloso cada vez que temina una de las figuras. Siempre me enseña la tarjeta al lado del diseño de formas geométricas y me dicedice: "Mira, es como lo mismo, mami!".
Este juego es un
maletín de madera
con unas asitas de cuerda para transportarlo
que por dentro está forrado de
pizarra magnética blanca.
Tiene unas
piezas geométricas de madera pintadas de colores que son imanes
y se quedan adheridas en la pizarra. Viene con
12 tarjetas dobles
(tienen figura en las dos caras) con
figuras que el peque tiene que copiar.
Las cartas son muy bonitas, aunque algunas son complicadas. Este verano Torpedín tenía 2 años y 8 meses y era capaz de hacerlas todas con un poco de ayuda, aunque el fabricante dice que
mejor a partir de 4 años
(así lo hacen sin asistencia). Es un juguete tan bonito, que allá por donde ha viajado estas vacaciones,
nos han pedido la referencia.
Por eso he pensado en ponerlo aquí, ya que se
acercan épocas de regalos
en las que a veces uno no sabe qué comprar. En
Amazon
cuesta ahora mismo algo más de 36 €, pero la calidad es excepcional. La única
pega
que le pongo es que
el maletín no se mantiene abierto a 90 grados.
En la foto, para hacerla más bonita le puse un tope detrás, pero el maletín se abre como si fuera un libro y
se queda plano. Nosotros tenemos pendiente ponerle una cuerda o una escuadra plegable para hacer de tope. A parte de eso, es un juguete ideal.
¿Qué aprende tu peque?
A partir de los dos años o incluso antes, en la escuela les van enseñando los colores y las formas, las que repasará a tope con el juego.
Cuando jugamos, yo le voy diciendo a Torpedín "Coge el cuadrado grande azul, como el de el dibujo, mira". Hay veces que hay varios triángulos o rectángulos del mismo color y distinto tamaño,
por lo que también te sirve para que aprenda a coger "el más pequeño", o "el más grande". También tienen que fijarse en la disposición espacial de la forma respecto al conjunto
(está más arriba, más abajo, hacia la derechao hacia la izquierda) y cómo está orientada
en sí misma. Así, desarrollan mucho la capacidad de observación, aprenden vocabulario, desarrollan su visión espacial, su creatividad
(al entender que con formas geométricas sencillas podemos generar dibujos más complejos), comparan unas formas con otras, y además promovemos la psicomotricidad al manejar las piezas. En resumen, con la manipulación lúdica de las formas, crean pensamiento abstracto.